Consigue una mayonesa casera más duradera

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La mayonesa o mahonesa es una salsa deliciosa para acompañar carnes, pescados y ensaladas.  Tiene origen español, concretamente menorquín, y sus ingredientes básicos son: yemas de huevo, aceite de oliva, vinagre o zumo de limón y sal. Las proporciones de los distintos ingredientes son, por cada litro de aceite: 4 yemas de huevo, vinagre y/o limón y sal al gusto.

Culinariamente, es muy similar al alioli, otra salsa fría, que tiene como ingredientes mínimos el ajo y el aceite, pero a la que, normalmente, también se le añade una pizca de sal y/o unas gotas de zumo de limón. Hay quien añade a la preparación una o dos yemas de huevo, lo que convertiría al alioli en una salsa mayonesa con ajo. Aparte de los ingredientes, otra diferencia entre ambas salsas está en el color: la mayonesa ha de tener un color blanquecino, mientras que la salsa alioli auténtica es de color amarillento.

Hoy en día, la mayonesa se usa en multitud de platos internacionales como acompañamiento, en general de hortalizas, pescados y platos a base de patata. Es muy fácil hacerla en casa. Sin embargo, utilizar huevo crudo hace de ella que sea poco duradera. Para conseguir una mayonesa más duradera sustituye el huevo crudo por leche entera. ¡Sigue los siguientes pasos!:

Variaciones de la mayonesa

Como hemos dicho, de salsas hay infinitas porque tenemos múltiples posibles variaciones. Así que vamos a ver otras opciones para prepararla:

Mayonesa tradicional

 Existen dos formas de elaboración, que son a mano o con una batidora eléctrica. De todos modos, es importante que los huevos estén a temperatura ambiente, ya que, si aceite y huevos están a la misma temperatura, será más fácil que la mayonesa no se corte. Para preparar nuestra mayonesa casera de forma tradicional, vamos  a empezar por batir 1 huevo e ir agregando, lentamente, el aceite. Si lo hacemos con una batidora espesará antes que si lo hacemos a mano, y es recomendable batir el huevo sin levantar la batidora del fondo del recipiente, e ir subiendo el brazo poco a poco hasta que emulsione la mezcla, para que no coja tanto aire. Cuando haya espesado la mezcla de huevo y aceite, añadimos el zumo de limón o el vinagre y la sal, y seguimos batiendo hasta que nos quede una textura final cremosa.

Mayonesa fácil y sencilla

Otra opción es hacer una rapidísima mayonesa, sin zumo de limón ni vinagre, y con el huevo entero. Es decir, de ingredientes sólo necesitaríamos un huevo (con clara y yema), aceite de oliva y sal al gusto. Con una batidora eléctrica iremos más rápido, así que es tan fácil como batir el huevo entero, sin levantar el brazo del fondo del vaso, y, sin parar de mezclar, añadir el aceite y la sal hasta que se monte la textura de la salsa. También podemos poner directamente huevo, aceite y sal y batirlo todo junto. Eso sí, sin levantar el brazo de la batidora del fondo del vaso hasta que monte la salsa. Si tenemos bien calculada la cantidad de aceite, podemos batirlo todo junto directamente, si no es así, mejor hacerlo poco a poco.

Mayonesa con yogur

¡Otra deliciosa opción! Si sustituimos los huevos por yogur, haremos una mayonesa casera mucho más cremosa y suave. La haremos con un yogur natural, sal y pimienta (lo mezclamos con la batidora). Mientras, añadimos aceite de oliva poco a poco hasta que emulsione.

Mayonesa ligera

Una versión casera más ligera de mayonesa es la siguiente: diluimos 3 cucharadas de harina fina de maíz en agua, media taza de aceite de oliva, una pizca de sal, una cucharada de mostaza, un huevo, zumo de limón y una cucharada de vinagre. Aquí tenéis más opciones y trucos para aligerar las salsas.

¿Qué pasa si se nos corta la mayonesa?

¿Y qué pasa si se nos corta? Arreglarla es posible, y existen varios métodos para ello, pero, por regla general, lo mejor es empezar de nuevo, y luego añadirle la mayonesa cortada poco a poco.

Si se opta por preparar la mayonesa con huevo, la conservación es fundamental. A nivel higiénico-sanitario, hay que tener presentes unas pautas básicas, ya que estamos elaborando una salsa que contiene huevo crudo, tomando especial precaución en los meses más calurosos. Por ello, hay que descartar los huevos que estén sucios por fuera, vigilar que no caiga nada de cáscara en la mezcla y, si nos sobra parte de la salsa, conservarla en un recipiente bien tapado y en el frigorífico durante un máximo de 24h (después es mejor desecharla).

Lo ideal es elaborar la cantidad de salsa sólo para utilizarla inmediatamente. Pero, si no, saber cómo conservarla y hacerlo bien es muy importante.

Podemos poner nuestra mayonesa casera en multitud de platos: en una ensalada alemana, en una ensalada de arroz, en una ensaladilla rusa, en unos canapés, etc. ¡Con lo que queráis!