Granja familiar Las Llamas

La Oteda es un pequeño pueblo de Asturias de apenas unos 60 habitantes. Uno de los pocos lugares en España en los que la ganadería se sigue practicando de la manera más tradicional, como en la granja Las Llamas, donde encontramos a Verónica, ganadera y responsable de la granja desde 2002.

El humilde origen de esta empresa se remonta unos 60 años, cuando los abuelos paternos de Verónica se interesaron por el mundo de la ganadería. Tras la muerte de su abuelo con tan sólo 57 años, su padre se puso al mando, y apostó por aumentar el número de animales. Pero su padre enfermó y Verónica decidió tomar las riendas de la granja con la ayuda de su madre.

“Lo más duro es gestionar el tiempo, es un trabajo que requiere jornada completa los 365 días del año. Por eso contar con tu familia es tan importante”

Ante esta situación Verónica admite que tomar la decisión no resultó fácil. Pero se trataba del negocio familiar, en el que habían depositado muchos esfuerzos y nuevas inversiones para mejorar las instalaciones en los últimos años. Y, por otro lado, estaba su profunda vocación y amor por la ganadería. Todo la condujo a tomar las riendas de la granja, con la ayuda fundamental de su madre, su hermana y su pareja.

Con mucho esfuerzo ha implementado mejoras de iluminación y ventilación en la nave y ha adquirido dispositivos de última tecnología para garantizar leche de la máxima calidad posible. Muy probablemente esta sea la razón por la que su granja haya recibido diversos premios, como al Mejor Ganadero 2011 o el Premio Calidad 2017.

“»Las vacas requieren cuidados muy exigentes, y todas las mejoras que hacemos acaban influyendo en la calidad de la leche”